Una mochila con dos pares de ropa y un millón de sueños fue lo que trajo Gustavo al mudarse de Acahay hasta Asunción, le tocó dormir incluso en el suelo para recibirse de enfermero, luego de 10 años de perseverancia llegó a su meta.

Cuando Gustavo terminó el colegio, lejos de enfocarse en sus estudios universitarios, tuvo que vender coco y banana para ayudar a su madre y a sus cinco hermanos, ahorró unos cuantos guaraníes y pudo mudarse a Asunción. 

_"Yo dejé por 10 años la universidad, estudié, pero por la situación económica dejé muchos años; después me puse a trabajar y como yo me recibí de Técnico en Enfermería y como allá no encontré trabajo, vine a Asunción para trabajar, dormí en el piso muchísimos años, en un depósito que me dieron unos vecinos"_, dijo Gustavo al diario EXTRA. 

El castellano fue uno de los obstáculos que superó Gustavo, ya que era guaraní parlante y le constaba bastante hablar.

_"Nunca es tarde para estudiar, las limitaciones económicas no son impedimento para estudiar, los sueños se cumplen"_, expresó Gustavo.

El siguiente objetivo del joven es encontrar trabajo en su profesión y seguir saliendo adelante.

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La historia de Gustavo Barrios de 30 años emocionó al rollo y dejó en evidencia el enorme vacío de oportunidades dignas de educación superior para los jóvenes en Paraguay.

Vendía banana y coco para poder estudiar y se recibió de enfermero

Por @joval_py1' de lectura

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