En un país donde la fe aún moviliza multitudes, miles de familias participaron en ayunos espirituales buscando sanación, paz o justicia divina.

Mientras tanto, el Poder Judicial paraguayo, lejos de reflejar un compromiso similar con el bien común, permanece en un ayuno perpetuo de resultados.

En el altar de la impunidad, la complicidad entre el poder y la corrupción ha tomado el lugar del debido proceso y la ley.

No es solo una metáfora, es una realidad dolorosa y documentada. Los escándalos se suceden, las pruebas abundan, los informes de la Contraloría y los órganos de control alertan, pero las sentencias no llegan, los juicios se dilatan, y los corruptos siguen impunes, incluso ocupando cargos públicos o renovando sus influencias.

**Autoridades hacen lo que quieren**

Gobernadores e intendentes de distintos partidos han sido denunciados por uso indebido de fondos públicos.
Un ejemplo reciente es el caso de Miguel Prieto, intendente de Ciudad del Este, investigado por supuestas licitaciones amañadas y compras fantasmas.

Las evidencias fueron presentadas: contratos inflados, proveedores fantasmas, pagos irregulares. A pesar de ello, el proceso avanza a paso de tortuga, y el intendente sigue en funciones, incluso preparándose para nuevas candidaturas.

**Fonacide y los fondos de Itaipú**

Numerosos informes de la Contraloría han señalado desvíos de recursos del Fonacide y de los fondos sociales de Itaipú.

Escuelas sin terminar, hospitales sin insumos, comunidades sin agua potable. La justicia ha tenido en sus manos pruebas y auditorías, pero no ha movido un dedo. Ni una sola condena firme, ni una inhabilitación, ni una reparación al daño causado. El dinero se evapora, pero las carpetas judiciales quedan como fósiles de la inacción.

**El Clan Zacarías y la justicia que no llega**

La familia Zacarías Irún acumuló poder en Alto Paraná durante décadas. Múltiples denuncias por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y uso indebido de influencias han sido presentadas. 

Ante la falta de resultados y aparentemente también carencia de preocupación, las causas duermen el sueño eterno en los despachos judiciales, mientras los miembros del clan siguen activos en la política y operando con total impunidad. El blindaje judicial no es sutil, es escandaloso.

Estos son solo algunos de los varios ejemplos que evidencian el desinterés por la verdadera justicia, mientras tanto, el ciudadano común vive la injusticia todos los días. Desde el que espera años una resolución laboral hasta el que ve cómo los poderosos burlan el sistema con bufetes de lujo y jueces amigos.

Si no se actúa con firmeza, si no se limpia el sistema desde adentro, Paraguay seguirá hundido en la desconfianza, en el atraso, y en la frustración de quienes creen que, en este país, la ley es solo un adorno para los débiles.


Justicia en ayuno perpetuo, con impunidad y complicidad

Por Augusto Morel3' de lectura

Mientras miles de familias ayunaban por fe, el Poder Judicial sigue flaco de resultados en las causas por corrupción.