Las denuncias de injerencia política y amiguismo en las instituciones públicas no son nuevas en Paraguay, pero el caso del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y la Cámara Paraguaya de la Construcción (Capaco) está generando fuertes cuestionamientos.

Según declaró el arquitecto Gustavo Masi en entrevista con Delpy News, la ministra Claudia Centurión hizo declaraciones que influyeron directamente en el proceso de elección del nuevo presidente de Capaco, pese a que el sector público no debería entrometerse en asuntos de una entidad privada.

Centurión había declarado que solo tendrían en cuenta la candidatura de José Luis Heisecke, lo cual hizo que las empresas que pretendían acompañar a Gustavo Masi en su candidatura, retrocedan por miedo a represalias.

Este apoyo a cierto sector tiene el aparente objetivo de consolidar el control gubernamental sobre la organización y garantizar un manejo de licitaciones sin interferencias.

**Un candidato con aval oficial**

Las denuncias apuntan a que Centurión habría manifestado explícitamente que el Gobierno solo reconocerá la candidatura de José Luis Heisecke, dejando fuera de juego cualquier otra opción.

Esta postura despierta alarmas en el sector de la construcción, ya que sugiere una estrategia para alinear a la Capaco con los intereses del Ejecutivo y, en particular, del MOPC.

El problema de fondo es que la Cámara actúa como un contrapeso en las licitaciones de infraestructura, señalando irregularidades y defendiendo la libre competencia entre empresas.

Si el MOPC logra influir en su dirigencia, se corre el riesgo de consolidar un monopolio donde solo un grupo selecto de proveedores “amigos” accedan a las multimillonarias obras públicas del país.

**¿Licitaciones a medida?**

El MOPC maneja una de las carteras de inversión más importantes del Estado, con contratos que ascienden a cientos de millones de dólares.
Las denuncias sobre direccionamiento de licitaciones no son nuevas y han sido un mal endémico en varias administraciones. Sin embargo, el intento de controlar la Capaco podría representar un nuevo nivel de manipulación institucional.

Si la Cámara de la Construcción queda en manos de una dirigencia afín al Gobierno, los procesos de licitación podrían volverse aún menos transparentes, favoreciendo siempre a los mismos grupos económicos y limitando la competencia real.

**¿Instituciones secuestradas?**

La situación pone en evidencia un patrón recurrente en la administración pública paraguaya: el intento de quebrantar organismos que deberían funcionar con independencia. Desde el Congreso hasta gremios empresariales, el poder político busca constantemente influir en sectores clave para consolidar su control.

El caso del MOPC y la Capaco no es menor, estamos hablando de la industria que maneja la infraestructura del país, con impacto directo en la economía, la generación de empleo y el desarrollo nacional.
Que el Gobierno busque imponer su voluntad en una entidad privada demuestra que la “rosca” sigue siendo la norma en lugar de la excepción.

Si se permite que el MOPC imponga su candidato en la Capaco, Paraguay corre el riesgo de retroceder aún más en términos de transparencia y competencia.

Las grandes obras seguirán quedando en manos de los mismos grupos, el Estado pagará más por proyectos de menor calidad y el ciudadano será el último en la fila cuando se trate de recibir beneficios reales.


Acusan a Claudia Centurión de influir en la elección del presidente de la Capaco, esto con el fin de cartelizar proveedores y silenciar cuestionamientos en licitaciones.

¿Injerencia del MOPC en gremios? En busca del manejo entre amigos

Por Augusto Morel3' de lectura

Acusan a Claudia Centurión de influir en la elección del presidente de la Capaco, esto con el fin de cartelizar proveedores y silenciar cuestionamientos en licitaciones.