Lambaré, Paraguay - Don Oliborio Mendieta, conocido como el _"Rey de las pandorgas"_, ha demostrado cómo la pasión por un oficio artesanal puede transformar vidas. Durante 37 años, este hábil artesano ha dedicado su vida a la elaboración y venta de pandorgas, y gracias a este emprendimiento, sus hijos han logrado realizar sus estudios y alcanzar el sueño del techo propio.


Sentado en su hogar en Lambaré, don Oliborio se sumerge en su tarea diaria de unir con hilo las tacuarillas para armar las pandorgas. Este típico juego, muy popular en Paraguay, ha sido su pasión desde hace décadas.

_"Cuando mis hijos tenían 8 y 9 años, les hice una pandorga para que se divirtieran. Cuando salieron a volarla, los vecinitos se acercaron, y mi hijo regresó con G. 200, y luego el otro también llegó con dinero en mano. Así es como todo comenzó"_, compartió don Oliborio en una entrevista exclusiva con EXTRA.

Motivado por el éxito inicial, don Oliborio comenzó a producir pandorgas en mayor cantidad. Los sábados, sus dos hijos salían a vender las pandorgas por la concurrida Avenida Eusebio Ayala y San Martín. La demanda era tal que, para el mediodía, ya habían vendido todas las unidades. Este negocio familiar contaba también con la colaboración de su esposa y una sobrina, quienes se sumaban a la producción.


En sus inicios, las pandorgas eran simples bolsas de plástico sin diseños elaborados, pero con el tiempo, los clubes deportivos y otros clientes comenzaron a solicitar pandorgas personalizadas con diferentes dibujos. Hoy en día, don Oliborio ofrece una amplia variedad de diseños que atraen a sus clientes en todo el país.


La mayor satisfacción para este dedicado artesano ha sido el impacto positivo que su trabajo ha tenido en la vida de su familia. Gracias a las ganancias obtenidas de la venta de pandorgas, sus hijos pudieron completar sus estudios y cumplir el sueño de tener una casa propia en Ñemby.


_"Se compraron terrenos, pagaron todo y ahora tienen sus propias casas. Estoy muy orgulloso de ellos"_, expresó don Oliborio con una sonrisa llena de alegría y satisfacción.


Hoy en día, el _"Rey de las pandorgas"_ cuenta con una amplia clientela en ciudades como Encarnación, Ciudad del Este, Pedro Juan y localidades vecinas, quienes confían exclusivamente en la calidad de sus pandorgas. Aquellos interesados en adquirir estas coloridas y divertidas creaciones pueden realizar pedidos a través de su línea telefónica al (021) 557-907 o al (0986) 718-672. El precio unitario de las pandorgas es de 5.000 y 6.000 guaraníes, con un descuento de 1.000 guaraníes por cada unidad a partir de una docena.


Don Oliborio Mendieta continúa dejando volar su creatividad y dedicación en la elaboración de pandorgas. Su legado ha trascendido las fronteras de su hogar en Lambaré, convirtiéndose en un referente para todos aquellos que buscan disfrutar de este tradicional juego.


Con su noble oficio y habilidad, don Oliborio ha logrado brindarles a sus hijos oportunidades que nunca imaginaron. Gracias a los ingresos generados por la venta de pandorgas, pudieron acceder a una educación completa y, posteriormente, hacer realidad el anhelo de tener su propio hogar en la localidad de Ñemby.


La demanda de sus pandorgas ha ido en aumento, y no se limita únicamente a la región. Ciudades como Encarnación, Ciudad del Este y Pedro Juan, así como otras localidades cercanas, se han convertido en fieles seguidoras de su trabajo. Los diseños personalizados y la calidad artesanal de cada pandorga han sido los factores clave para ganarse la preferencia de los compradores.


Para aquellos que deseen adquirir una de estas emblemáticas pandorgas, don Oliborio ha facilitado los medios de contacto. Pueden comunicarse a través de su línea telefónica al número (021) 557-907 o al (0986) 718-672. Los precios oscilan entre 5.000 y 6.000 guaraníes por unidad, con un descuento de 1.000 guaraníes a partir de una docena.


La historia de Don Oliborio Mendieta es un testimonio inspirador de cómo la dedicación a un oficio puede transformar vidas y abrir puertas hacia un futuro mejor. Su amor por el trabajo ha dejado un legado perdurable y ha demostrado que, con pasión y esfuerzo, es posible alcanzar los sueños más anhelados.

Don Oliborio Mendieta: El "Rey de las pandorgas" que cambió la vida de su familia con su noble oficio

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